Cuando hay molestias musculares o lesiones puede ayudar aplicar frío o calor, pero se debe distinguir cuando es factible usar cada uno. Si la molestia se ha estado presentando por menos de 48 horas, lo recomendable es usar frío:
- Reduce el diámetro de los vasos sanguíneos y desciende la temperatura local.
- Disminuye la inflamación y el dolor.
Es recomendable usar frío para tratar esguinces, torceduras o golpes pues favorece la recuperación.
Se puede aplicar con cubitos de hielo, gel frío o una toalla mojada, y se mantiene en la zona afectada de 5-15 minutos con una frecuencia de 2-4 veces al día para obtener resultados.
Si la molestia se ha presentado por más de 72 horas, se recomiendo usar calor ya que:
- Aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos.
- Favorece la circulación, disminuye la rigidez y tiene efecto relajante.
Es posible que sea alguna contractura, rigidez o dolor muscular y también es recomendable usar calor en dolores crónicos.
Se puede aplicar con bolsas de agua caliente, paño caliente o un saco de semillas que pueden calentarse en el microondas. Se mantiene de 15-25 minutos en la zona afectada, con una frecuencia diaria de 1-3 veces.